DOÑA CARMEN nace en el año 1970 en Santander. Su fundadora no se llama Carmen, aunque todo el mundo lo pregunta y la mayoría la llama Carmen. Igual que a todo nuestro equipo, todo mujeres y a todas las llaman Carmen. Así se escribe la historia de Doña Carmen, una empresa familiar que comenzó siendo una pequeña tienda con ganas de traer cosas nuevas y poco a poco a base de trabajo y constancia ha conseguido hacerse un pequeño hueco en el sector de la moda de bebé.

Nuestro camino empieza con una idea, una idea que nos viene un día a la cabeza y empieza a perfilarse en tardes interminables en las que ponemos cosas en común y se nos van las horas soñando con todo lo que queremos hacer. Queremos sacar esa idea adelante y para ello miramos y remiramos muestrarios de telas, puntillas, botones, volvemos loca a Isabel que no está con nosotros pero como si lo estuviera porque la llamamos para encargarle un vestido que está agotadísimo pero una clienta lo quiere para sus mellizas, mareamos también un poco a Ana que nos visita de vez en cuando siempre con cosas preciosas que nos vuelven locas y no podemos esperar al verano siguiente porque queremos enseñároslo ya…también nos cuenta Mer desde la tienda que las polaina son pequeñas, Lola desde Madrid se enfada porque no le queda nada que vender y Amparo desde Murcia se queja de que no le hacemos caso. De vez en cuando también hay un mail de alguna clienta que nos hace sentarnos a pensar en por qué esto falla, por que aquello no gusta o bien nos pregunta por un pelele que le ha encantado y ya no hay ni en tienda ni en web e intentamos conseguírselo.

Este es nuestro día a día, trabajar para conseguir hacer cosas bonitas con el menor coste. Sabemos lo que queremos pero no nos sirve a cualquier precio. Esta es la columna vertebral de Doña Carmen, un diseño con el que pretendemos diferenciarnos y un precio asequible para todos.