¿Cómo elegir el mejor calzado infantil? ¿Existe un calzado propio para cada fase? A veces no otorgamos la suficiente importancia a los pies de los más pequeños. Sin embargo el calzado puede tener una gran influencia en el desarrollo de los más pequeños de casa, por eso las mamás debemos conocer cual es el mejor tipo de zapato para cada fase de nuestros pequeños.

En los primeros meses de vida la función del calzado queda relegada a proteger del frió a los recién nacidos por lo que con unos buenos patuquitos son suficiente para mantener calentitos y protegidos los pies de nuestros bebés. Dependiendo de la época del año debemos prestar atención al tejido con el que estén confeccionados. En invierno debemos buscar un tejido caliente y grueso como la lana y  en primavera tienen que estar hechos un punto más fresquito y que permita que los pies transpiren como puede ser el perle.

Patucos de la marca Doña Carmen

En la fase de gateo, más o menos a partir de los siete meses, el calzado debe de ser muy flexible ya que los bebés necesitan acostumbrarse a utilizar sus pies y para ello es necesario que cuenten con la mayor sensibilidad posible, además la flexibilidad del calzado les permite tener libertad de movimientos. Para estos meses son perfectos zapatos como las merceditas sin suela -ya sean de piel para los meses de invierno o las fabricadas en pique para los meses más cálidos- para las niñas o los pepitos y zapatitos ingleses sin suela para los principitos de la casa.

A partir del momento en el que los niños comienzan a dar sus primeros pasos ya es necesario prestar más atención a las características de los zapatos. Para los expertos es fundamental que el calzado sea ligero y bajo para asegurar una mejor sujeción del pie. Un calzado bajo que llegue a la altura del talón permite que el tobillo se flexione de forma correcta. Sin embargo, otro tipo de calzado más alto como las botas puede provocar una mala articulación de los movimientos, por lo que no son recomendables cuando el niño está dando sus primeros pasos. Además es importante fijarse en que haya espacio entre el dedo gordo y la puntura del zapato, este tiene que tener al menos un 1cm para evitar roces en esta parte. Por otra parte la suela del calzado debe de ser bastante ancha y con un grosor de 3mm y los 5mm.

Por otra parte es recomendable comprar zapatos con un cierre simple como el velcro o las cremalleras ya que de esta forma los niños pueden acostumbrarse a ponerse y quitarse los zapatos ellos solos y de esta forma ganar autonomía.

Zapatos de niña Doña Carmen

Para evitar las rozaduras y heridas en el talón tenemos que prestar atención a que el contrafuerte tenga sujeción pero sin llegar a ser completamente rígido, ya que un material duro no se adapta correctamente a los pies de los niños y puede provocar las molestas llagas. También es importante que el forro interno sea lo más liso posible sin costuras para evitar las ampollas en las plantas de los pies.

Tan importante como estas recomendaciones es acertar con la talla del calzado, ya que la extendida costumbre de comprar una talla más para que de este modo le duren más tiempo los zapatos puede provocar lesiones en los pies y tobillos del niño, si se le desliza el talón o directamente se sale el zapatito debemos probar una talla más pequeña. Por este motivo lo ideal es que nuestros pequeños se prueben el calzado antes de su uso llevando los calcetines o medias con los que se tenga pensado llevar ese par.

¿Qué te ha parecido nuestra entrada sobre cómo elegir el mejor calzado infantil? Déjanos un comentario.